
Photo
by: Kara Arndt
Dagoberto
Ramírez, delantero del equipo LePaige en San Pedro,
trabaja como un choferen la muncipalidad.
|
Dagoberto Ramírez
Gritando
y aplaudiendo, 11 miembros de la familia Ramírez vitorean
desde la orilla de la cancha a Dagoberto Ramírez, mientras
él marca otro gol en el partido final del campeonato.
Cuando el partido termina, todos se reúnen en el centro
de la cancha, bailando y celebrando el triunfo.
Le
Paige, el equipo de la familia Ramírez, gana el campeonato
por 15 goles contra uno del equipo Quitor. Gracias al buen
juego de sus compañeros, Dagoberto, 32, marca nueve
goles en el encuentro. Con esta impresionante actuación,
él se convierte en el goleador número uno de
la temporada, con un total de 34 goles durante todo el torneo.
Los
cinco miembros de la familia Ramírez que juegan en
el Le Paige celebran el primer lugar obtenido por primera
vez en tres años junto a 30 parientes. Los Ramírez
son una gran familia para una comunidad chica como San Pedro.
Todos toman champaña de la copa de la vitoria y cantan
hasta la madrugada. Es una gran fiesta y Dagoberto es la estrella
principal.
Cuando llega el lunes, Dagoberto vuelve a su trabajo como
chofer de los funcionarios de la municipalidad de San Pedro.
Para mantener a su familia, tiene un ritmo de trabajo largo
e intenso durante toda la semana, lo que apenas le deja tiempo
para entrenar. Esto hace que sus logros en la cancha sean
aun más impresionantes.
Dagoberto
soñaba con ser un futbolista profesional cuando era
joven, pero tal como los jugadores del equipo Le Paige se
pasan la copa de la victoria de mano en mano, él pasa
sus sueños a su hijo de 14 años. Eduardo tiene
grandes esperanzas de convertirse en un futbolista profesional,
y cuenta para eso con el cariño y apoyo de su familia.
El
futbol es toda una pasión para la familia Ramírez,
una pasión contagiosa que ha pasado de generación
en generación. Dagoberto dice que puede revivir sus
antiguos deseos por jugar en forma profesional a través
de su hijo, y está feliz con la idea de que se hijo
pueda tener la oportunidad de convertir su sueño en
realidad. La tradición continua viva.
|